jueves, 6 de marzo de 2008

El mercenario que quería matar al Profeta



Los Quraish, en su intento por matar al Profeta (PBD), contrataron de entre los de Mekka a un mercenario. Este se equipo para no fallar, untó su espada con un veneno mortífero. Pensaba matarlo de un solo golpe, si la herida no lo hacia, el efecto del veneno lo haría.

La noticia voló con el viento. Cuando el mercenario se acercaba a Medina, en las afueras de la ciudad, fue detenido por musulmanes; lo apresaron, lo amarraron y esperaron a la llegada del profeta (paz y bendiciones).

Muhammad (PBD) fue informado de lo ocurrido y se traslado hasta donde estaba el mercenario. Lo tenían en pleno sol y amarrado.


El profeta preguntó a sus compañeros:

¿Le habéis dado de comer?
¿Le habéis dado de beber?
¿Porque lo habéis puesto en el sol?
¿Porque lo habéis amarrado?

Luego les informó a estos que ese hombre, aun cuando estaba detenido, tenía sus derechos. Ordenó lo soltasen y le dieran de comer y de beber y después de ello le informaran para hablar con él.

Al rato el profeta volvió ante el detenido y empezó a hablar con él y a preguntarle porque quería matarle. El mercenario le explicó que lo habían contratado para asesinarlo ya que él –Muhammad- había dividido a familias y enfrentado a padres e hijos, y rechazaba los 360 ídolos de Meca, a los que quería cambiar por un solo dios.
Y el profeta le explicó que Allah lo eligió como profeta y su misión era transmitir el mensaje y le explicó lo que enseñaba el Islam. Estuvo largo tiempo explicándole la creencia y mandamientos del Islam.

Al mercenario se le veía desconcertado, no podía entender por que ese hombre, a quien llamaban el profeta, tenía todos esos buenos gestos con él y esa gran amabilidad. Pensaba para sí: “Cuando todos querían matarme, este hombre no solo me ha salvado, si no que ha ordenado me traten bien y me den de comer y de beber.”

Cuando terminaron de hablar el profeta le invitó a abrazar el Islam, y le hizo saber que en todo caso lo iba a dejar libre, con la condición de que no volviese a enfrentase a los musulmanes.

Y le invitaba a no luchar mas contra el Islam, lo que el mercenario aceptó y le dijo al profeta que no quería hacerse musulmán, que quería seguir siendo lo que era.

El hombre fue dejado libre y se le permitió abandonar Medina. Los compañeros del profeta le preguntaron a éste, porque había dejado libre a ese hombre, que no se lo merecía ya que quería matarlo.

El profeta les dijo que el mercenario antes no sabía quien era Muhammad y ahora lo sabía.

Al día siguiente, las gentes de Medina, se asombraron; el hombre que el día anterior había sido capturado porque quería matar al profeta y se le había permitido marcharse, estaba de regreso.

Los musulmanes se sorprendieron y pronto lo rodearon e interrogaron que para qué había vuelto, que cuales eran sus intenciones. Toda Medina se agolpó a su alrededor.

Y cuando todos estuvieron allí, el hombre levantó el dedo e hizo la Shahada. Dijo, “ Atestiguó que solo hay un Dios – Allah- y Muhammad es el Mensajero de Allah.”

Los que antes lo habían detenido y no le habían dado de comer ni de beber y que deseaban matarlo, se volvieron hacía él contentos y encantados porque había aceptado ser musulmán.

Uno de los ansar de Medina, lo interrogó porque se había ido el día anterior y luego volvió; porqué no hizo la Shahada antes y esperó hasta volver para reconocerse musulmán?..

El hombre les dijo:

“Quería comprobar y demostrar que quería ser musulmán siendo libre; si hubiese elegido ser musulmán en Medina, se me habría dicho que me hice musulmán por miedo a no morir. Por ello siendo libre de volver a la Mekka y de seguir siendo lo que era, estando libre decidí sin coacciones de ningún tipo ser musulmán, y ahora todos me considerareis que me hice musulmán por voluntad propia, porque tuve la elección de volver a la Mekka, pero decidí volver a Medina para hacerme musulmán. Lo que me demostró vuestro profeta, con su humildad, educación, saber y nobleza, todo esto que vi en vuestro profeta fue lo que me hizo aceptar el Islam y, ahora gracias a Allah y al Profeta, soy musulmán In sha Allah.

Cuando llegaron las noticias al Profeta éste se alegro, porque otra persona más se había hecho musulmana gracias a Allah.

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